Sencillamente profundo

Déjame decirte algo:
Hoy salí muy temprano, armado nada más con mi cámara, cargado de tus besos como equipaje; ni el frío de la mañana ni el largo camino por andar hicieron que pierda el animo por seguir, pues lo hacia por ti, porque cuando pienso en ti todas las cosas son distintas, lo habitual se convierte en único, lo pequeño es mágico, lo obscuro se llena de color y lo yerto se colma de vida.
Vi salir el sol por sobre las montañas, vi el campo iluminado de esa luz tan fantástica; te vi en cada una de las cosas bellas que empezaban a despertar; recordé tus ojos, hermosos y seductores; estando ahí frente a la inmensidad de la naturaleza pude sentir lo lindo de mis días contigo, lo mágico que son las cosas cotidianas, pequeñas aves me dieron la bienvenida a un mundo de cosas sencillamente hermosas, que de sencillas hasta son incomprensibles…

Pude recordar cuando nuestras miradas se encontraron con la música de Silvio de compañia, cada letra se agolpaba en mi mente tras un Te Quiero, pude sentir el viento susurrando a mi oído tu nombre, palabra que me abre las puertas prohibidas; las flores y el campo me recordaban a ti, la voz de un arroyo acompañaba mi viaje hacia el fascinantemente desconocido corazón del valle.
Un picaflor interrumpió mi delirio para mostrarme la belleza de las flores, una mariposa nerviosa y presurosa atravesó el sendero llamando mi atención, un halcón me invito a mirar la inmensidad del cielo, indicándome que ahí arriba está el límite, sentí como la naturaleza completa cantaba tu nombre, le pedí al viento que te busque y te lleve mis besos, una libélula grácil y fugaz paso en frente como tomando el encargo y apresurándose en llevártelo, todo estaba regido por una perfección única…
Ya en la cima de la montaña grite tu nombre al viento con un Te Quiero, a todo pulmón, mirando el horizonte le prometí a la vida quererte siempre…
Gracias por hacer mis días tan distintos…