Veamos entonces, ahora entiendo esa primera gran buena noticia, mi madre, que con coraje, con amor, a veces con mano dura ( muchas veces) nos llevaba a cuestas por la vida, riendo con nosotros, llorando en silencio, buena administradora, lectora empedernida, cuidadosa de los deberes, respetuosa de los derechos, tajante, si algo así como un súper héroe en su etapa de prueba, perfecta yo diría, siempre así, con la mirada fija y la frente en alto; pero quizás lo que más impresión me causa de ella es su temple, acrisolada por los dioses, para afrontar cualquier circunstancia, tengo impreso en mi mente cada uno de las imágenes de ella, sus lagrimas en mi partida, su sonrisa cuando llego a casa, sus manos fuertes cada vez que nos enfermamos, los almuerzos juntos, si esos almuerzos y esas conversaciones de toda la tarde, el oír juntos las noticias, que dichoso soy, la hermosa cena de navidad con ella a la cabeza, y mis hermanas y mis sobrinos…
No hace mucho pude hablar con mi maestra de la escuela, la persona que me enseño a leer y a escribir, aquella persona que me mostró el largo camino de la ciencia (básica, pero ciencia al fin) también converse con mi maestro de la universidad, aquel hombre que me enseño a ver de distinta forma el mundo, y que todo lo negro no es contaminación ni todo lo verde se tiene que proteger, la carne se pone verde cuando esta malograda, y los ocelotes son negros. Sabes porque escribo solo en singular, y digo maestro, por los otros me enseñaron nada, solo andaban a cumplir sus horas y listo, pero claro era estrictamente necesario sentarme frente a ellos y escuchar tanta chorrada junta que decían, sin dejar de preguntarme ¿será posible tanta estupidez junta? joder, que días aquellos de tener que luchar contra un sistema educativo tan ineficiente.
Como olvidar a aquel viejo de ojos verdes que con su voz grave me decía; Gilmar “patientia in reguli nostris prima virtus est”, y siempre me reanclaba al mundo diciéndome: aun no has visto todo en la vida, aun no has visto todo, mayores cosas veras; a lo que yo respondía con poco animo: lo se Don Fe aunque preferiría estar ciego cuando lleguen esas cosas.
Willcanina, imposible olvidarla ya que Dios la hizo eterna, una pequeña alada, linda como solo el Parabuteo unicinctus puede ser, fuerte y aguerrida, veloz y poco indulgente en la caza, ella me enseño que volar es posible, y compartir es un deber y que la vida es un constante aleteo hacia el horizonte, un horizonte supuesto que cada quien lo traza con los sueños, pues ahora donde andará volando, quien sabe quizás aquel que nos unió disfruta ahora viendo sus vuelos… Gracias Willca por mostrarme la cetrería
Como mola recordar los lugares donde aprendí muchas cosas, España. Italia, Francia, Polonia, Hungría, Miami, Cusco, Lima, Puno, Apurímac, Tacna, Calca, y muchos etc etc. pero sobre todo Calca, todo un planeta, el sabor del café que prepara la tía gringa, el olor del pan de la tardes, el susurro del rio que nos trae el saludo del Apu Pitusiray, la memoria de los viejos arboles, una calle vacía de gente pero llena de vida, si como olvidar ese lugar… Tengo también entre mis remembranzas un lugar tan sagrado como Calca, se llama Huacarpay, hogar de muchos hermanos, el hermano zorro, la hermana gaviota, el hermano halcón, los juguetones patos, las agitadas avocetas, la gran madre Cocha, que abriga a sus hijas las aves como diademas ambicionadas por otros dioses.
Vaya que si. Pero no se sí tengo mucho camino aun o poco, pero algo que si tengo claro es que tengo un horizonte tácito marcado con el mayor aumento de mi telescopio… allá lejos donde ni el sueño de los mortales alcanzara.
Esto es solo parte de lo que ayudo a forjarme, que me troquelo para vivir, para dejar de ser un humano y optar por una metamorfosis, y encontrar mi nagual, pasar de ser un hombre a ser un Falco femoralis…
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