Me siento perdido en unos ojos de ensueño, estoy sumido en la más infantil de las ilusiones; la razón me dice que es un absurdo y el corazón me grita que no lo es; quiero y creo poder hacer las cosas bien, pero todo lo que digo o hago resulta prolijo para los demás.
Soy como un Tunupa, con una alforja llena de miserias, de migajas de existencia, cansado de sentir, soñar y de amar; cansado de intentar cambiar el mundo, mi mundo; queriendo volar cuando ni caminar puedo; festejando triunfos que en realidad son fracasos.
Resulta por demás gracioso todo esto.
Déjame contarte algo que hice, hoy he salido al mundo obligatorio, he retratado a muchos danzantes, mágicos y divertidos, personas del mundo obligatorio que viven al máximo su existencia, he caminado entre ellos y ni siquiera se han percatado de mi presencia, hoy quizas he salido en modo fantasma, o quizás en realidad no existo; y sabes me he puesto a pensar en ello, quizás nunca he existido, quizás solo sea el producto del mal sueño de algún ebrio soñador, o quizás de un orate atormentado por los barbitúricos.
Ahora quiero pedir que mi soñador despierte de una vez, que un ladrido nocturno lo saque de este tedioso sueño, se que al despertar me matara, pero he de aceptarlo total así es la irrisoria vida de los que habitamos en los sueños.
Hey tú, apaga de una vez tu imaginación...
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